Por María Alicia Albornoz, Directora Social de Fundación Luz
Chile tiene una segunda oportunidad para escribir una Constitución que sea la “casa de todos”. Los 51 consejeros tienen la responsabilidad de no repetir los errores de sus antecesores, con normas que les hagan sentido a las grandes mayorías.
Entre estas últimas están las personas con discapacidad, que en nuestro país son alrededor de tres millones. Es un número elevado, por lo cual deben ser escuchadas para la redacción del nuevo borrador.
Si bien en la primera propuesta que fue rechazada había un artículo completo dedicado a este amplio grupo de la población, es clave que ahora esté mencionado en todos los ámbitos sociales, tal como ocurre con la diversidad sexual o los pueblos originarios. El énfasis debe estar puesto en dos temas: la educación y la salud.
Respecto al primero, resulta fundamental que todos los establecimientos hagan todo lo necesario para que nadie se quede fuera del sistema producto de su discapacidad. Esto también corre para los profesionales docentes, quienes tienen que estar preparados para recibir a cualquier estudiante, independiente de su condición.
En materia sanitaria, mucho se habla del acceso y de la atención, pero poco de la prevención. Poniendo el foco en esta última, se podrían evitar enfermedades que pueden provocar alguna discapacidad, como la diabetes.
Ahora, específicamente sobre los chilenos que tienen algún grado de problema visual, son cerca de 850 mil, de los cuales aproximadamente 80 mil son ciegos. Por ello, debiese quedar escrito que puedan acceder a la información mediante el sistema braille o audio, como pasa con el lenguaje de señas, que en un artículo fue reconocido como idioma.
Además, es esencial que se hable precisamente de accesibilidad, que va más allá de la infraestructura. En los tiempos que corren, por ejemplo, es igual o más importante tener acceso a la tecnología o a la comunicación.
Por todo esto, les hago un llamado a los recién electos a que nos inviten y nos escuchen, porque tenemos mucho que decir, gracias a los casi 100 años de experiencia que tiene nuestra fundación, que siempre ha estado presente en los hitos históricos y políticos del país. En el proceso anterior nos habían convocado para contar la realidad de las personas ciegas, pero esto nunca se concretó.
Si realmente quieren diferenciarse de la fallida Convención pasada, abran los ojos. Acá los estaremos esperando.