Conoce el testimonio de Natalia Barrera quien, a través del Programa de Inclusión Laboral de Fundación Luz, hoy se desempeña como masoterapeuta.
Los Programas de Capacitación e Inclusión Laboral, ofrecen formación gratuita a adultos con discapacidad visual. A través de este programa, se entregan y se desarrollan las herramientas necesarias para la inserción de personas ciegas o con baja visión en diversas empresas.
Este es el caso de Natalia Barrea de 32 años, una hija de 12 años y pronto a casarse, quien acaba de comenzar en la empresa Fuerza Laboral contratada como Masoterapeuta. Su diagnóstico, cataratas congénitas, desplazamiento de retina y glaucoma, el que comenzó en su infancia.
Natalia, luego de llegar a la Fundación, ¿Cómo describirías tu viaje a lo largo del programa de inclusión laboral?
Fue difícil para lo que yo estaba acostumbrada, pues estuve años sin trabajar, pero gracias a Dios he logrado mantenerme con la mente fría y pensando siempre en reinventarme, tanto como persona, como mujer y como mamá, eso fue lo que me motivó a estudiar.
¿Cuáles fueron los momentos más desafiantes y cómo los superaste?
Lo más desafiante fue volver a tener una rutina de trabajo. Generalmente cuando entras a participar del programa de inclusión laboral te exigen cumplir horarios, es lo que te piden en cualquier lado si tú trabajas. Sin embargo, después de dos o tres años sin trabajar, logré adaptarme rápido y tranquila.
¿Qué aspectos del programa encontraste más beneficioso?
Todo en general, todo me sirve, todo me aporta, me ayuda. Así que si te tuviera que describir algo, sería todo, porque todo me sirvió. Las profesoras me ayudaron a preparar mi currículum, a preparar una entrevista laboral. El profesor Alejandro, me enseñó sus maniobras de masoterapia; la profesora Pilar me enseñó anatomía, todo me benefició.
¿Puedes compartir alguna historia o experiencia específica que destaque el progreso o logro alcanzado en esta inserción al mundo laboral ?
Siempre me decían que debía tener paciencia y tenían razón, o sea no podía apurar las cosas, todo tiene su tiempo y menos mal tuvieron el profesionalismo de enfocarme y decir ‘No, espera, falta, quédate tranquila’ .Estuvieron apoyándome, viendo proyectos e ideas para mí, conjunto conmigo. Hasta que por fin llegué a Fuerza Laboral (www.fuerzalaboral.cl) una gran empresa muy buena, donde las personas son amables, donde me encuentro agusto y feliz. Las chiquillas de Inclusión Laboral son ángeles que me enviaron para encontrar este trabajo.
¿Cuáles son los cambios más significativos que has observado desde que comenzaste a trabajar?
Destaco que desde que empecé a trabajar tengo más paciencia y la tolerancia a los demás. Soy muy perfeccionista, muy detallista, y aunque me demore un poco más, hago mi trabajo bien.Doy muchas gracias a quienes con sus consejos en la Fundación, ayudaron a que hoy esté trabajando.
¿Cómo involucraste a la familia en el proceso ?
Mi familia se involucró ayudándome en los trabajos que tenía que entregar, ayudándome a estudiar, ayudándome con su cuerpo para poder practicar maniobras y en el proceso laboral. Están orgullosos de mis logros, de lo que hemos logrado hasta ahora. Están involucrados en todo, y el día a día, lo llevan como si yo fuera una persona sin ninguna discapacidad. Puedo decir que legalmente soy una persona con discapacidad, pero nunca me vi de esa forma, tengo dificultades para ciertas cosas, pero me puedo mover muy rápido, no me achico con los problemas que puedo solucionar. Lo que más me complica eso si, es que la gente te mire con discapacidad y no se dé cuenta que tú eres un ser humano y que puedes conseguir las cosas igual que los demás.