Conozcamos la historia de María Soledad Cisternas Reyes
Nació el 4 de noviembre de 1959, es abogada y magíster en Ciencia Política de la Universidad Católica, una figura destacada en la escena de los Derechos Humanos, y reconocida por su incansable labor y compromiso con la promoción de los derechos de las personas con discapacidad.
A los 15 años, María Soledad comenzó a experimentar problemas de visión, diagnosticada inicialmente con «problemas de ceguera nocturna». Este diagnóstico evolucionó hacia una enfermedad degenerativa, que eventualmente la dejaría completamente ciega. A pesar de este desafío, persiste en su deseo de estudiar la carrera de derecho, ingresando a la Pontificia Universidad Católica de Chile.
‘Siendo la justicia mi valor inspirador, decidí ser abogada, dedicándome por años a los derechos de las personas con discapacidad. Cuando la ceguera llegó tempranamente a mi vida, no pensé que tras unos años de adaptación, este sería un factor que me abriría las puertas para trabajar en los principios y valores de la igualdad y libertad. La ceguera ha estado conmigo en mis roles de madre, esposa y en el desarrollo profesional. Hoy puedo decir que no ha sido obstáculo para el disfrute de la vida y de seguir con mis sueños e ideales’.
Sus principios y valores han dejado una huella indeleble en la escena internacional de derechos humanos. Participó en la Conferencia Capacitación Beijing+5, contribuyendo a la redacción de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU. Esta destacada labor, la llevó a ser elegida presidenta del Comité de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en 2013, convirtiéndose en la primera mujer en liderar este organismo.
En el ámbito nacional, ha colaborado en la creación de políticas públicas, incluyendo la Ley Antidiscriminación y la Ley de Voto Asistido. Su compromiso también se refleja en su papel como asesora legislativa de la Unión Mundial de Ciegos y conferencias en organismos internacionales como UNICEF, UNESCO, PNUD y OMS.
Los numerosos premios y reconocimientos que ha recibido a lo largo de los años, son testimonio de su impacto duradero. Desde el premio Estrella de la Esperanza Latinoamericana en 1999, hasta el prestigioso Premio Nacional de Derechos Humanos en 2014.
¨Felicito a Fundación Luz en su 100 aniversario. La Fundación ha sabido identificar las necesidades de las personas ciegas y con baja visión, haciendo un gran aporte al colectivo de la discapacidad visual. Con un trabajo contínuo y comprometido, es un referente a nivel mundial, por ello les deseo todo lo mejor en su trayectoria y en años venideros, como también a cada uno de sus integrantes.”
En la actualidad María Soledad, continúa viajando por todo el mundo, abogando incansablemente por los derechos humanos de las personas con discapacidad. Su vida y obra son un testimonio inspirador de superación, dedicación y lucha por la justicia y la igualdad; y su legado, perdurará como un faro de esperanza y de motivación para las futuras generaciones.