En este mes que celebramos el Día de la Madre, compartimos el mensaje de Noemí Jiménez, mamá de Matías Salas Jiménez, estudiante de PreKinder del Colegio Santa Lucía y que ingresó a Fundación Luz con un mes de vida.
Soy Noemí Jiménez, mamá de Matías Salas Jiménez de 5 años, él pertenece al nivel Pre kínder del Colegio Santa Lucía de Fundación Luz.
Matías está en Fundación Luz prácticamente desde que nació. Al día siguiente de su nacimiento nos enteramos de la existencia de la Fundación. La primera atención fue al mes de vida, fue con el kinesiólogo en el Programa de Atención Temprana.
Una vez que tuvimos el contacto con la Fundación, las primeras atenciones fueron hacia nosotros como familia: papá, mamá, hermanos, donde la psicóloga del programa nos hizo un acompañamiento en esta nueva realidad, porque no la conocíamos.
Para mí fue fundamental ese apoyo y ese acompañamiento porque me ayudó a entender lo que se nos venía.
Para mí la maternidad con Matías ha sido bien especial y bien distinta. Yo tengo dos hijos mayores, ellos no tienen ninguna discapacidad ni condición especial.
En cambio Matías sí, y fue una sorpresa porque sobre su condición nos enteramos en el momento del parto. No hubo parto prematuro, no hubo nada que nos indicara que podría venir con alguna discapacidad.
Mi mensaje como mamá de un niño con discapacidad visual es que cada niño, cada ser tiene sus propios tiempos independiente de su condición, de su discapacidad, de su edad. Cada persona tenemos nuestros tiempos. Es lo que Matías me enseña cada día.
El mayor desafío en la maternidad de Matías ha sido romper los estigmas de la ceguera. En un momento para nosotros él iba a “quedar ahí”, no iba a ser nada. El desafío ha sido conocer este mundo, involucrarnos, entregarle las mayores herramientas para que Matías pueda ser un niño totalmente independiente y autónomo. Ha sido el desafío más grande de mi vida: el poder entregarle las herramientas correctas para que él sea un niño autónomo.
Mi maternidad con Matías ha sido especial porque ha sido un camino de aprendizaje, de sacar muchos estigmas, de aprender a conocer un mundo totalmente diferente a la maternidad que yo vivía. A conocer todo, lo más básico de Matías a lo más macro. Ha sido especial por el crecimiento personal, me siento más completa como mamá al tener a Matías.
Lo más lindo el momento más lindo han sido mucho, él me demuestra amor de una forma distinta. Es un amor difícil de explicar, es distinto a como una persona sin discapacidad visual me lo había demostrado. Matías es alegre, feliz, que entrega amor y una incondicionalidad única. Eso es lo más hermoso.
Siempre he pensado que Matías viene a hacer algo, que llegó él a ser algo a este mundo, no lo sé todavía. Espero estar viva para darme cuenta lo que es.
