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El Arte Háptico

La percepción háptica (de la raíz griega háptō relativo al tacto), son las diferentes expresiones plásticas que se basan en la percepción táctil. Es un modo no visual de elaboración artística, que trabaja con todos los demás sentidos para crear la obra, que puede ser una escultura, un sobrerelieve, un tipo de pintura volumétrica o un estampado tridimensional.

El arte háptico se basa en el tacto, pero también en cómo el artista se relaciona con su cuerpo, el espacio y los materiales a su alrededor, ya que aunque no pueda verlos, los percibe con una gran sensibilidad, alimentando su creatividad. De esta conexión surgen las obras, mostrando en el proceso creativo que el arte háptico va más allá de lo que entendemos como arte visual tradicional.

Alexandra Salazar, profesora de Artes Hápticas de colegio Santa Lucía dijo que las artes hápticas surgen desde códigos de construcción a los que no estamos acostumbrados y nos ofrece formas de asimilación e interpretación más vívidas, donde la experiencia estética tiene un trasfondo bien integral”, y agrega que “estas artes tienen la virtud de involucrar de manera inmejorable los distintos sistemas que forman parte del individuo: biológico, psicológico y mental, ambiental, que, en el caso de la presencia de una discapacidad visual, se convierten en una herramienta proactiva de superación personal”.

Así, el arte háptico demuestra que hay muchas formas de ver  y  trabajar con otros canales, más allá de la vista. 

¿Cómo aprecian el arte las personas con discapacidad visual?

Cuando se quiere mostrar una obra de arte a una persona ciega o con baja visión, en general se hace a través de un mediador, quien con un relato narrativo da cuenta del contexto de la obra: la biografía del artista, el por qué utilizó ciertos colores, cómo fue el proceso creativo, etc. Con el objetivo de que los visitantes con discapacidad visual imaginen e interpreten la obra.

Si bien, hoy algunos museos cuentan con líneas de accesibilidad en facciones de sus muestras/exposiciones, con información en braille o piezas que pueden ser tocadas por los visitantes, esto aún es insuficiente y queda mucho por hacer.

Si logramos ser conscientes de las percepciones sensitivas que van más allá de lo visual, logramos acercarnos hacia los diferentes modos en que la información puede ser procesada. Este tipo de apertura de mente nos permite  considerar la discapacidad no como una limitación, sino como un factor de diversidad que enriquece nuestra cultura y sociedad.

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